Extracto del libro Alas sin Plumas, de Deéelij
El
título que anuncia este declinar en una determinada proclamación podría
empezar por preguntar: ¿cómo serán las relaciones de pareja en la nueva
era dimensional? Pero a esta cuestión le falta la palabra consciencia. Y
es que las relaciones próximas, si no ya, se han de cementar en la
consciencia, o mejor dicho, desde la nueva consciencia dimensional.
Porque remitirnos al viejo concepto de relaciones de pareja, tal y como
se ha entendido en la fallecida dimensionalidad pasada, sería comenzar
desde una base de partida inmovilista. Habría que procurar olvidar eso
de las relaciones de pareja, pues en lo que se va a ir dando en las
relaciones entre hombres y mujeres es algo que se puede definir como
relaciones libres y abiertas. Sí, libres y abiertas, aunque suele a
liberalismo barato o promiscuidad social consentida, que no lo es, y me
explicaré. Sigo.
De entrada, también, es necesario olvidar esos concepto de mi chic@, mi novi@, mi mujer, mi pareja, mi espos@. Pero
lo que hay que olvidar con prontitud es el “mi”. Retirar el “mi” es
quitarse de en medio esa dinámica de antigua de posesión o poder sobre
otra parte. Ya nadie es tuy@. Habría que referirse a ella y él como
ella o él, y lo que siga, pero retirar el “mi” es otorgar una libertad a
la relación que se mantenga con quien se quiera, si la otra parte
quiere por igual, por supuesto.
No habrá más “mi” en las relaciones humanas, no habrá más sentido de
posesión, de retención, de falta de espacio o aire. Las relaciones
humanas basadas en una nueva consciencia dimensional afloran desde el
conocimiento exacto de saber que cada uno es un ser divino encarnado que
quiere experimentarse en sí y en los demás en la medida en que los
demás así lo quieran. Evidentemente, el contacto en la intimidad, sin
necesidad de sexualidad de entrada, será trazado desde un punto de vista
en absoluta igualdad y equilibrio donde ningun@ es más que el/la otr@.
Ambas partes saben (o sabrán) que están tratando con su misma esencia
desde una forma distinta que se expresa de manera única. Si quieres un
ejemplo básico, es como saber que ambos vasos, uno redondo pequeño y
estrecho contiene el mismo licor que una copa esbelta y alta, pues ambos
recipientes han sido llenados con la misma esencia, esencia que se
comparte y experimenta desde formas distintas. Evidentemente, ante este
conocimiento íntimo y certero, el engaño, el apoderamiento, la
seducción, el aprovecharse de la otra parte no posee el más mínimo
sentido. Por tanto, se declina en un ofrecimiento de uno al otro con la
mayor apertura, queriendo compartirse para crear un nuevo espacio entre
los dos que será único e irrepetibles, y que se hará por el placer de
crear desde la esencia que les conforma a las dos partes desde las dos
formas que representan hasta que sale una nueva forma que no tiene
parangón. Nueva forma creada desde dos formas distintas que parten desde
la misma esencia.
Ni que decir tiene que el hecho se basará en la confianza plena
en amor sin que pueda darse lo que hasta ahora se llamaba celo y/o
envidia, porque ambas almas comprenderán que ese éxtasis que han creado
es perfectamente compatible con el que puedan crear con otras formas
partiendo desde sus propias esencias en libertad expresadas en amor.
Esto es establecer relaciones en consciencia dimensional nueva.
Esto es la base de relaciones humanas en libertad plena, sin apegos, sin
que lo único que impregne la relación sea otra cuestión que el
pegamento que no ancla del amor.
Relaciones que amplíen la visión de las cosas, no que anclen la
visión en las cosas. Relaciones que sean creativas, no rutinarias.
Relaciones que no se encadenen en el tiempo, sino que ell@s encadenen el
tiempo en el que quieren compartirse sin que el resto del tiempo tenga
que estar encadenados entre sí sin visos de continuidad por sí solos o
con otras partes. Relaciones que lancen uno al otro a mayores cotas, no
que la cota sea la propia relación acotada. Serán relaciones con las
cartas boca arriba buscando encontrar entre las partes la mejor jugada
para tod@s, no la jugada para ganar a tod@s.
Y sí, por si no lo has entendido, se acabaron los matrimonios y
las parejitas como se entienden en la dimensión pasada, serán relaciones
en Amor, en igualdad, con el compromiso que ambas partes quieran,
libremente, establecer, y que en modo alguno será en un para siempre,
¿porque qué es siempre sino un eterno presente continuado en el que
expresarse, experimentarse en sí y con los demás?
La era de las relaciones en el Amor ya ha empezado, y las del
apego adictivo enfermizo se han terminado, son obsoletas, caducas y sólo
producían sufrimiento.
¿Qué prefieres, la esclavitud de las relaciones pasadas basadas en
el miedo o relaciones abiertas y en libertad basadas en la nueva
consciencia dimensional de la unicidad en el amor, donde cada relación
crea algo nuevo y distinto lleno de gozo, no al modo antiguo donde todo
se daba con la limitación del encasillamiento de conceptos que oprimían
las relaciones entre los seres que no se veían como seres divinos, sino
como sexos opuestos que tenían que buscar la manera de llevarse lo mejor
posible a sabiendas de que no era posible? Pues tú decides: relaciones
esclavas, o relaciones libres; relaciones en miedo o en amor.
¿Sabes cuál es la posibilidad de que te toque un boleto de la
lotería? De treinta millones a una, pero tienes una posibilidad. Eso
vale para la era pasada, porque en la nueva era, donde todo es posible,
tú (y tod@s) dejas de ser el boleto y pasas a ser la lotería, con todas
las posibilidades a tu favor (a favor de tod@s) para crear todo tipo de
relaciones sanas, amorosas, libres, cuerdas y perfectas, además sin
parar, sin límites. ¿Cambia la cosa, verdad?
P.D.:
Los compromisos, en concreto los que se entiende a día de hoy como
pareja, no serán al estilo arcaico: hasta que la muerte os separe. Los
compromisos serán en acuerdo tácito, por más o menos tiempo, el que se
quiera. Incluso el compromiso puede ser renovado día a día, instante a
instante. Los compromisos no se darán para salvar seguridades en la otra
parte, sino para crear algo juntos en un determinado instante, o
durante un periodo determinado de tiempo, pero nunca a modo de
comprometer la libertad de la otra parte sin fin.
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