20.2.14


LA HISTORIA DEL CUERVO ARCO IRIS (Tribu Lenni Lenape)

Hacía mucho frío. La nieve caía sin cesar y el hielo se formaba sobre las aguas. Los animales nunca habían visto nieve antes. Al principio, fue una novedad, algo con qué jugar. Pero el frío aumentó diez veces más y comenzaron a preocuparse. Los animales pequeños estaban siendo sepultados en los montículos de nieve y los animales más grandes apenas podían caminar porque la nieve era muy profunda. Muy pronto, todos perecerían si no hacían algo.

“Debemos enviarle un mensajero a Kijiamuh Ka’ong, el Creador quien crea al pensar lo que será”, dijo Búho Sabio. “Tenemos que pedirle que piense al mundo cálido otra vez para que el Espíritu de la Nieve nos deje en paz.”

Los animales estuvieron satisfechos con ese plan. Comenzaron a debatir entre ellos, tratando de decidir a quién enviar hasta el Creador. Búho Sabio no podía ver bien durante el día, así que no podía ir. El Coyote se distraía fácilmente y le gustaba gastar bromas, así que no se podía confiar en él. La Tortuga era firme y estable, pero se arrastraba con demasiada lentitud. Finalmente, Cuervo Arco Iris, el más hermoso de todos los pájaros, con relucientes plumas de tonalidades de arco iris y una encantadora voz para el canto, fue elegido para ir a Kijiamuh Ka’ong.

Fue un arduo viaje, tres días subiendo más y más al Cielo, pasando los árboles y las nubes, más allá del Sol y de la Luna, e incluso por encima de todas las estrellas. Los vientos lo azotaban y no tenía lugar donde descansar, pero se comportó valientemente hasta que llegó al Cielo. Cuando Cuervo Arco Iris llegó al Lugar Sagrado, llamó al Creador, pero no recibió respuesta. El Creador estaba demasiado ocupado pensando lo que sería para notar siquiera al más hermoso de los pájaros. Así que Cuervo Arco Iris comenzó a cantar su más bella canción.

El Creador fue sacado de sus pensamientos por el hermoso sonido y fue a ver qué pájaro lo hacía. Saludó a Cuervo Arco Iris amablemente y le preguntó qué regalo podía darle al noble pájaro a cambio de su canción. Cuervo Arco Iris le pidió al Creador que no pensase más en la nieve para que los animales de latiera no quedasen sepultados y muriesen congelados. Pero el Creador le dijo a Cuervo Arco Iris que la nieve y el hielo tenían espíritu propio y no podían ser destruidos.

“¿Qué haremos entonces?”, preguntó Cuervo Arco Iris. “Nos congelaremos o ahogaremos bajo la nieve.” "Ustedes no se congelarán”, le aseguró el Creador, “porque pensaré en el Fuego, algo que calentará a todas las criaturas durante las épocas de frío.” El Creador metió un palo en el sol abrasador. La punta brillaba con un fuego brillante que ardía resplandeciente y daba calor. “Este es el Fuego”, le dijo a Cuervo Arco iris, dándole el extremo frío del palo. “Debes apresurarte e ir a la Tierra tan rápido como puedas volar antes de que el palo se queme.”

Cuervo Arco Iris le dio las gracias al Creador y voló tan rápido como pudo. Era un viaje de tres días hasta el Cielo y él estaba preocupado, temía que el Fuego se extinguiese antes de que él llegase a la Tierra. El palo era largo y pesado, pero el Fuego mantenía caliente a Cuervo Arco Iris mientras descendía del Cielo hacia abajo, a la senda brillante de las estrellas. Entonces el Fuego se volvió candente al acercarse a las plumas de Cuervo Arco Iris. Al volar más allá del Sol, su cola se incendió, volviendo negras las hermosas y brillantes plumas. Para cuando voló más allá de la Luna, todo su cuerpo estaba negro de hollín del ardiente Fuego. Cuando se sumergió en el Cielo y voló a través de las nubes, el humo le llegó a la garganta, estrangulando su hermosa voz cantora.

Para cuando Cuervo Arco Iris se posó entre los animales de la Tierra que se congelaban, estaba tan negro como el alquitrán y sólo podía graznar en lugar de cantar. Les entregó el Fuego a los animales y ellos derritieron la nieve y se calentaron, rescatando a los animales más pequeños de los montículos de nieve donde estaban enterrados.

Fue un tiempo de regocijo para Tindeh porque el Fuego había llegado a la Tierra. Pero Cuervo Arco Iris se sentó aparte, entristecido por sus feas plumas opacas y su voz ronca. Entonces sintió el toque del viento en la cara. Levantó la vista y vio al Creador que crea al pensar lo que será, caminando hacia él.

"No estés triste, Cuervo Arco Iris", dijo el Creador. "Todos los animales van a honrarte por el sacrificio que hiciste por ellos. Y cuando las personas vengan, no te cazarán, porque hice que tu carne sepa a humo por lo que no es buena para comer, y tus plumas negras y tu voz ronca evitarán que el hombre te ponga en una jaula a cantar para él. Serás libre."

Entonces el Creador se refirió a las plumas negras de Cuervo Arco Iris. Ante sus ojos, Cuervo Arco Iris vio que las plumas opacas se volvían brillantes y dentro de cada una se podían ver todos los colores del arco iris. "Esto va a recordarles a todos los que te vean el servicio que le hiciste a tu pueblo", dijo, "y el sacrificio que hiciste para salvarlos a todos. Y así será para siempre.”

4.2.14

Joe Dispenza




Os comparto este extracto del libro “Deja de ser tu” por Joe Dispenza, que me ha gustado mucho.
Epílogo
Mora en el yo.
 Una de las mayores mentiras que nos hemos llegado a creer sobre nosotros mismos y nuestra naturaleza verdadera es que no somos más que seres físicos definidos por una realidad material, carentes de dimensión y de energía vital, y separados de Dios. No obstante, estoy seguro de que a estas alturas ya sabes que Dios se encuentra en nuestro interior y a nuestro alrededor. No conocer la verdad sobre nuestra identidad real,
además de esclavizarnos, reafirma que somos seres limitados viviendo una vida lineal carente de auténtico sentido.
La máxima de que más allá del mundo físico no existen reinos ni vida y que no tenemos ningún control sobre nuestro destino no es una «verdad» que debamos aceptar nunca. Espero que este libro te haya ofrecido algunos conocimientos para ver quién eres realmente.

Eres un ser multidimensional que crea su propia realidad. La finalidad de este libro es ayudarte a aceptar esta idea como tu ley y tu nueva creencia. Deja de ser tú significa que tendrás que despojarte de tu mente y crear otra nueva.
Pero cuando nos desprendemos de nuestra antigua vida o de nuestra mente conocida y empezamos a crear otra nueva, hay un momento entre los dos mundos que no se parece a nada de lo que conocemos, y la mayoría de las personas, al sentir este extraño vacío, nos apresuramos
a volver a lo conocido. Ese lugar de incertidumbre —lo desconocido— es el que los  inconformistas, los místicos y los santos conocen como la tierra fértil.

Vivir en el reino de lo imprevisible es ser todas las posibilidades a la vez. ¿Puedes sentirte cómodo en este espacio vacío? Si es así, te encuentras en la trama de un gran poder creativo, el «yo soy».
Al cambiar en el aspecto biológico, energético, físico, emocional, químico, neurológico y genético y dejar de vivir aceptando inconscientemente que la competitividad, las luchas, el éxito, la fama, la belleza física, la sexualidad, los bienes materiales y el poder lo son todo en la vida, nos liberamos de las cadenas de lo mundano. Me temo que esta llamada receta para triunfar en la vida nos ha hecho buscar las respuestas y la auténtica felicidad fuera, cuando las verdaderas respuestas y la auténtica felicidad siempre han estado dentro de nosotros.
¿Dónde y cómo podemos encontrar nuestro yo verdadero? ¿Creando una persona condicionada por las asociaciones con el mundo exterior que perpetúa la mentira, o identificándonos con algo en nuestro interior que es tan real como cualquier elemento del exterior y creando una identidad única con una conciencia y mente que podemos emular?
Así es, se trata de la fuente infinita de información e inteligencia, tanto personal como universal, inherente a los seres humanos. Es una conciencia energética llena de una coherencia tan profunda que cuando fluye por nuestro interior sólo podemos llamarla amor. Cuando la puerta se abre, la frecuencia de esta conciencia acarrea una información tan vital que cambia quién somos desde dentro. Es una experiencia para la que he aprendido humildemente a vivir.
Espero que sepas que siempre puedes acceder a ella, si decides hacerlo. Pero si vives la vida como un materialista, la existencia no te resultará fácil. ¿Por qué? Porque los realistas definen la realidad con los sentidos, y si no pueden verla, saborearla, olerla, tocarla u oírla, entonces no existe, ¿verdad? Esta dualidad es un plan perfecto para que la gente siga sumida en la ignorancia. Si sólo se fijan en una realidad exterior tan agradable o caótica sensualmente, les costará demasiado mirar en su interior.
Allí donde pones la atención, pones la energía. Si vuelcas toda tu atención en el mundo exterior y material, ésta será tu inversión en la realidad. En cambio, si intentas observar un aspecto más profundo de ti, tu energía ensanchará esta realidad. Tú, como ser humano, eres libre de poner la atención en lo que quieras. Estás dotado para desarrollar tu capacidad de manejar y usar adecuadamente esta abundancia de poder que hay en ti. Allí donde pones tus pensamientos y tu atención, se convierte en tu realidad.
Si dejas de creer que lo que piensas es real, volverás a caer en el materialismo y dejarás de llevar a cabo tu labor. Te limitarás a optar por alguna adicción emocional o hábito para recibir una gratificación inmediata, y te perderás todas las otras posibilidades.
Aquí está el dilema: la realidad futura que creamos en nuestra mente no nos da ninguna respuesta sensorial y, según el modelo cuántico, nuestros sentidos deberían ser los últimos en experimentar lo que creamos.
Por esta razón, muchas personas volvemos a adoptar el materialismo como ley y a sumirnos en la inconsciencia.
Recuerda que todo lo material viene del campo invisible de lo inmaterial, más allá del espacio y el tiempo. Es decir, al sembrar las semillas en este mundo, ves que con el tiempo fructifican. Si eres capaz de vivir un sueño a nivel mental y emocional en el mundo interior de posibilidades infinitas con tanta plenitud, es que ya se ha hecho realidad. Así que entrégate sin más y no te preocupes, porque tu sueño se manifestará en tu vida exterior. Es la ley.
Pero la parte más difícil de este proceso es encontrar el tiempo o reservarlo para que tu valiosísimo yo lo haga.
Eso es. Somos creadores divinos. Es lo que hacemos cuando nos sentimos inspirados y presionados a aumentar nuestros conocimientos.
Pero tú y yo también somos seres de costumbres. Adquirimos hábitos con facilidad. Poseemos tres cerebros que nos permiten evolucionar del conocimiento a la experiencia y la sabiduría. Al hacer cualquier cosa que aprendimos de forma implícita por medio de la repetición de la experiencia, enseñamos al cuerpo a convertirse en la mente; ésta es nuestra definición de hábito.
El problema está en que hemos adquirido hábitos que limitan nuestra verdadera grandeza. Las emociones de supervivencia, que tan adictivas son, nos hacen vivir limitados, sintiéndonos separados de la Fuente, y nos olvidamos de que somos creadores. En realidad, los estados mentales correspondientes relacionados con el estrés son las razones por las que nuestras emociones nos controlan, vivimos con una energía de una frecuencia más baja y estamos esclavizados por una serie de ideas arraigadas en el miedo. Estos estados psicológicos denominados normales son los que la mayoría hemos aceptado como habituales y comunes.Son los verdaderos «estados alterados» de conciencia. Por eso quiero subrayar que la ansiedad, la depresión, la frustración, la ira, la culpabilidad, el dolor, la preocupación y la tristeza —emocionesque miles de millones de personas expresan normalmente— son la razón por la que las masas llevan una vida desequilibrada y alejada del verdadero yo. Y tal vez los supuestos estados alterados de conciencia alcanzados en la meditación durante los auténticos momentos místicos son en realidad los estados de conciencia «naturales» que todos deberíamos intentar vivir a diario. Y yo comparto esta opinión.
Es hora de despertar y ser un ejemplo viviente de la verdad. No basta con adquirir estos conocimientos, es hora de vivirlos, manifestarlos y ser la «causa» en todos los aspectos de nuestra vida. Cuando tú y yo «encarnemos» tales ideales como la verdad y los convirtamos en un hábito,
se volverán en parte de nosotros.
Dado que somos seres de costumbres, por qué no adquirir nuevos hábitos de grandeza, compasión, genialidad, ingenuidad, fuerza interior, amor, atención plena, generosidad, curación, manifestación cuántica y divinidad. Desprender las capas de aquellas emociones que decidimos
memorizar como identidad, deshacernos de nuestras limitaciones egoístas a las que tanto poder hemos dado, abandonar las ideas y percepciones falsas sobre la naturaleza de la realidad y el yo, superar las habituaciones neurales de los rasgos destructivos que están socavando siempre
nuestra evolución, y renunciar a las actitudes que nos han estado impidiendo conocer quién somos realmente forma parte de encontrar el yo verdadero.
Hay un aspecto del yo que es un ser bondadoso esperando tras todos estos velos. Es quien somos cuando no nos sentimos amenazados, ni nos da miedo perder algo, ni intentamos complacer a todo el mundo, ni nos apresuramos a triunfar, ni competimos por llegar a la cima a cualquier precio, ni nos arrepentimos del pasado o nos sentimos inferiores, abatidos, desesperados o ávidos. Cuando superamos y eliminamos lo que es un obstáculo para nuestro poder infinito y nuestro yo,
estamos realizando un acto muy noble no sólo para nosotros mismos, sino para toda la humanidad.
El peor hábito que puedes eliminar es el de ser el mismo de siempre y el mejor que puedes adoptar es el de expresar lo divino a través de ti.
En ese momento es cuando moras en tu naturaleza verdadera y en tu identidad. Cuando moras en el yo.